Robin Hood – Crítica – No es el bodrio que se comenta pero tampoco una nueva versión que justifique su existencia

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La historia de Robin Hood ha sido llevada al cine en innumerables ocasiones (han abusado, a mi juicio), en versiones como la fallida de Ridley Scott, la de Disney (clásico que pocos reivindican, y no me extraña) o con cierta parodia que al menos tuvo la intención de ofrecer algo distinto. Yo me quedo sin dudar con el clásico de los noventa protagonizado por Kevin Costner y Morgan Freeman. Ésa sí que es buena (y no hablemos de la banda sonora y la canción principal que me pierdo).

Pues bien, a finales de 2018 se estrenó esta actualización de la leyenda con el ascendente Taron Egerton, que no me cansaré de decir que debió ser nominado a los Oscars por su espléndida interpretación de Elton John en la fabulosa Rocketman, y Jamie Foxx, que parecía que después de protagonizar la maravillosa Djando Desencadenado iba a despegar de nuevo su carrera, pero con el tiempo se ha confirmado que era poco menos que un espejismo.

La crítica machacó la película sin piedad, calificándola como de lo peor de su año (15% en Rotten Tomatoes, que se dice pronto), y el público no fue mucho más benévolo, ya que fue un estrepitoso fracaso de taquilla (costó 100 millones, lo que es una barbaridad, y recaudó 86 mundiales, por lo que hubo pérdidas considerables).

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La verdad es que los alicientes eran pocos para darle una oportunidad, pero es una de esas producciones que tenía entre ceja y ceja que debía visionar antes o después, y por fin me he aventurado a comprobar por mí mismo si estamos realmente ante el bodrio insufrible que nos vendieron o si la cosa no es para tanto. La opción de encontrarme ante una obra maestra del celuloide estaba más que descartada. Antes de entrar en materia, confirmo desde ya que no es una mediocridad, pero sí una versión fallida desde su concepción y que se queda en tierra de nadie.

Se notan las intenciones de los responsables del film, más interesados en ofrecer un protagonista más cercano a un ninja o un superhéroe (más que evidente en la figura de Batman, en lo que se refiere a la doble identidad del protagonista de la cinta) que no a la leyenda original. Creo que deberían haber apostado por una historia original y no usar de esa forma el nombre del personaje en vano (nunca mejor dicho), ya que quizás ahí haya estado el problema desde un inicio. Parece más la adaptación de un cómic que otra cosa.

Por otro lado, entiendo las quejas de la crítica especializada ante una dirección con estética de videoclip y con un montaje epiléptico (me cuesta creer que el Guy Ritchie de la similar y más que correcta El Rey Arturo no se haya pasado por el rodaje…), asemejándose en no pocas ocasiones a un videojuego. Por mi parte nada que reprochar, ya que el efecto de las flechas está bastante logrado (aunque es una pena que el interesante entrenamiento apenas dure dos escasos minutos) y no reniego de productos más enfocados a contentar a las nuevas audiencias, aunque se abusa de los momentos de cámara lenta.

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Eso sí, los injustificables 100 millones de presupuesto no asoman por ningún lado, notándose que el director (más cercano al mundo de las series que al de las películas, siendo éste su debut en el cine) es bastante inexperto en materia de producciones de gran presupuesto, ya que algo me dice que se le escapó todo de las manos y se disparó él mismo hasta unas cifras de más (por no decir directamente millones), y de ahí que haya salido un producto tan desigual y fallido.

La verdad es que chirría bastante el vestuario y ambientación modernos (en el momento de la fiesta da la sensación de que el temible Baz Luhrman, director de Moulin Rogue o Romeo + Julieta, esté de nuevo haciendo de las suyas…), con un clímax que parece sacado más de un futuro distópico que no de una época medieval, entendiéndose que quieran hacer una adaptación más actualizada y más acorde a los tiempos que corren, aunque acabe siendo un error garrafal de planificación y ejecución que hayan optado por ese camino, ya que saca bastante de la trama ver a los personajes con cazadoras y camisetas que se pueden adquirir hoy en día sin muchas complicaciones. Se echa en falta un toque más clásico en la propuesta.

En cuanto al guion, nos cuentan la historia de siempre, aunque con ligeros cambios. Que nadie espere ver mucho bosque en la cinta. No creo que sea un mal libreto, pero tampoco ofrecen nada nuevo, por lo que se quedan en una nueva versión que deja la sensación de que no era realmente necesaria. Si vas a intentar innovar, al menos hazlo bien (y no dependas de vestuario de discoteca para dar esa sensación…).

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En el reparto tenemos a los entregados a la causa Taron Egerton y Jamie Foxx (cuyo personaje es mucho más secundario en otras adaptaciones y aquí ha ganado protagonismo, aunque no el esperado, apareciendo menos minutos de los deseados), derrochando carisma y química, siendo dos aciertos de casting. Se ganan cada dólar del cheque cobrado, ya que elevan el conjunto.

En otro orden de cosas, reza la leyenda que si Ben Mendelsohn no interpreta a un villano se formará un agujero negro que absorberá a todo ser viviente de la galaxia… Cumple, pero ya cansa verlo en el mismo papel de siempre y supongo que a un actor de su talento (porque lo tiene) tampoco le hará gracia estar tan encasillado en las superproducciones que le ofrecen. El resto del reparto, correctos, sin más, incluido el protagonista de la tontuna de las sombras de Grey, que ya se veía venir que no iba a ser el nuevo DiCaprio, precisamente… Un par de años han bastado para que quede relegado a papeles de secundario o producciones de bajo presupuesto. Hollywood, qué cruel eres…

Y bueno, no hace falta ser un lince para ver que los responsables de la película tenían hambre de franquicia, con ese final abierto prometiendo una secuela que, obviamente, jamás llegaremos a ver (y dudo que nadie lo lamente especialmente). Al final lo único que han conseguido con sus intenciones y pretensiones es que el resultado final sea más parecido al piloto de una serie (entonces me cuadraría el fichaje del director especialista en series) que no una película en sí, quedando un producto que no se sustenta por sí mismo y depende mucho de la obra original (ya que juegan a la precuela, cosa que ya hizo la de Ridley Scott), por mucho que quiera renegar de ella.

En conclusión, estamos ante una propuesta que no engaña, se deja ver y cumple su cometido de entretener, pero que se olvida casi tan rápido como se consume y acaba siendo una versión bastante innecesaria, a pesar de las pretensiones de modernizarlo todo. No es un bodrio, pero tampoco nada digno de recordar. Ni para ti ni para mí.

 

 

 

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