Netflix ha apostado por un nuevo concurso de karaoke con el aliciente de estar presentado por un ex-concursante de OT, concretamente el mallorquín Ricky Merino (que personas cercanas a su entorno aseguran que es la mar de majo). La verdad es que no es un producto que vería en circunstancias normales (es decir, en otras cadenas de la televisión española), pero claro, al ser una cacareada novedad de la popular plataforma, he decidido aventurarme.
La verdad es que tengo sentimientos encontrados ya que, aunque no es el bodrio que podía temer, tampoco es nada del otro aquel y no hay nada en el concurso que no hayamos visto con anterioridad, siempre un producto que se queda a medio gas y que se olvida tan rápido como se consume. Ya os adelanto que se podría haber estrenado hace treinta años que la diferencia sería mínima (sin tener en cuenta la selección musical).
Desde luego el fichaje de Merino ha sido todo un acierto, ya que el cantante se mueve como pez en el agua, gracias a su carisma y entrega, siendo una grata sorpresa y un descubrimiento de cara a futuros programas de la misma índole. En otras manos con menos garra quizás la cosa hubiese sido un desastre. Y es que el presentador es, de lejos, lo mejor del concurso.
La dinámica del mismo es bien sencilla. Seis participantes aspiran a ganar un sustancioso bote, debiendo afinar y acertar correctamente las notas musicales de canciones populares como si estuviesen jugando al Sing Star. Eso es todo. No hay nada más en los cuarenta minutos de cada programa, no habiendo espacio alguno para la novedad o la frescura, dejando la sensación de ya visto desde el minuto uno.
Y es que no existen los suficientes elementos que inviten a recomendar o visionar esta fallida propuesta, que no aporta nada al panorama actual (ya sea musical o de entretenimiento) y que desperdicia la gran labor de su presentador, el cual seguramente esté muy por encima de un producto como el que nos ocupa.
Si Netflix quería introducirse en el mundo de los concursos de música ha escogido mal el formato (me consta que está es la versión española de otro programa internacional), ya que algo me dice que no veremos futuras entregas ni experimentos de la misma índole. Y es que le hubiese venido mucho mejor a este concurso ser emitido en La 1 o en Antena 3, que no en una plataforma de pago que se nota que está desesperada por ampliar su oferta a toda costa. Lo dicho, no es el camino.
Ocio World 
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