Hace unos meses causó algo de ruido esta cinta de terror (estrenada de forma muy limitada el año pasado) en los cines americanos (o más bien autocines), en pleno comienzo del coronavirus, ya que sacó una buena tajada y fue una de las películas más vistas y comentadas del momento. Eso fue lo que más me llamó la atención de una película en la que no habría reparado de otra forma.
El film también ha cosechado unas entusiastas (y exageradas) críticas, dejándola de poco menos que de nuevo fenómeno de terror (todos sabemos que no hay año en el que no deba haber uno, aunque sea el maldito 2020 donde casi no han habido estrenos…), cuando un servidor se ha encontrado con una película de terror del montón, que no aporta nada al género y que, siendo generosos, todos habremos olvidado antes de que finalice el año.
Pero claro, la cinta se ha estrenado (o reestrenado) en el momento justo, haciendo que no haya competencia alguna, y menos en ese género, siendo la única oferta posible para los espectadores ávidos de sustos, haciendo que haya hecho más ruido y haya obtenido más aplausos de los que realmente merece.
Los directores son dos, y su labor navega entre lo correcto (hay un par de instantes conseguidos, pero nada especialmente relevante) y lo decididamente mediocre, ya que no tiene mucho que envidiar a cualquier telefilm de sobremesa, donde todo luce rudimentario.
A pesar de los esfuerzos (un maquillaje correcto) se nota el bajo presupuesto, siendo un subproducto que intenta distanciarse de lo que realmente es, es decir, carne de videoclub. La verdad es que la película se podría haber estrenado hace treinta años que el resultado sería el mismo. No hay lugar para la innovación ni la sorpresa. Y bueno, se supone que estamos ante una cinta de terror, pero a pesar de esos mencionados instantes tétricos, no hay lugar para el miedo, más que nada porque no lo da, ni por asomo.
Y lo mismo se puede decir de su floja historia, cortesía de los mismos directores (lo que siempre es digno de elogio, todo sea dicho), siendo una trama que suena a ya visto, con elementos calcados de obras muy superiores y donde hay un esfuerzo en dibujar con buen trazo a los personajes que pueblan el film (sobre todo los protagonistas), pero que se enredan demasiado con algunos secundarios cuando al final sólo acaban siendo carnaza. Aunque a la mayoría no dan ganas de asfixiarlos, y eso en una cinta de terror ya es mucho.
Cierto es que hay un giro bastante estimable y que eleva un poco el nivel general de la cinta, pero todo se diluye enseguida por un clímax tan decepcionante como evidente, por no hablar del típico final que está metido con calzador y que quizás nos quiera vender una segunda entrega, cuando dudo que alguien lo esté pidiendo.
Del reparto simplemente decir que (casi) todos cumplen su papeleta, algunos ofreciendo interpretaciones por encima del nivel de la propia película.
En conclusión, estamos ante una cinta de terror del montón, rudimentaria y ya vista, que no ofrece nada nuevo y que acaba siendo un producto olvidable. Si ha hecho algo de ruido es por haberse estrenado en cines en el momento justo. Ni más ni menos. En otras circunstancias ya nadie hablaría de ella, porque no deja de ser otra película vendida como lo que no es y que se queda en tierra de nadie, siendo un pasatiempo prescindible y fallido, que intenta jugar en otra liga pero se queda a medio gas. Otra vez será.
Ocio World 
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