Aquí seguimos, una semana más y deseando que esto termine ya, porque la agonía está siendo terrible. Y es que un servidor ya lo ve todo con desgana pero, como ya he indicado, aquí seguimos.
En la primera prueba apareció el gran Florentino Fernández, que es ya un concursante confirmado de MasterChef Celebrity 5 y que, para quien esto escribe, es prácticamente el único aliciente para ver esa futura edición, que ya adelanto que, si no cambia la cosa, también comentaré y traeré análisis semanal a la web, por si le interesa a alguien…
El caso es que en la primera prueba tuvieron que cocinar diferentes platos a partir de pedidos de los jueces y del señor Flo (que estuvo acertado y cumplió su cometido a la perfección), con poco tiempo para ello, siendo más una prueba de organización que otra cosa, ya que la complejidad de los platos era nula (bueno, para ellos, para el resto de mortales…).
De la prueba, destacar el caso Juana, que fue bastante criticado en Twitter (debido a que le aceptaron platos a la concursante fuera de tiempo). Que se veía venir que la señora no iba a aguantar la prueba estaba más que claro, pero que los jueces iban a ser tan permisivos con ella… pues también, para qué engañarnos. El caso es que se vuelve a demostrar que las personas de avanzada edad (74, en este caso) no deberían participar en según que concursos, ya que no están preparadas físicamente para este tipo de pruebas, como se demostró.
Está muy bien que el programa vaya de bien queda (mira que les encanta) cubriendo el cupo anual de persona mayor y ya jubilada, pero si se va a tener distinta vara de medir (como siempre es el caso, y en esta edición todavía más, por el enchufe…) mejor que se queden en casa, porque no me parece justo. Ahí todos deben concursar en las mismas condiciones (aunque quizás con algunas excepciones, pero la edad jamás), sea cual sea su particularidad. Y eso es todo.
Los mejores fueron Ana y José Mari (que duerme con el pin… aunque no por mucho tiempo) y, por lo tanto, fueron los capitanes de la prueba por equipos, donde tuvieron que cocinar para La Cruz Roja. En dicha prueba, los capitanes tuvieron que pujar con tiempo para repartirse al resto de sus compañeros. Y sí, metieron la pata hasta el fondo, Ana por no tener ni idea de pujar y el otro por pasarse de listo, como siempre le sucede.
De invitado estaba el señor Lorenzo Caprile, del que lo único que conozco es de cuando ha venido de invitado a este mismo concurso, porque no sigo su programa de las costuras. Y le menciono porque estuvo especialmente cañero, así que misión cumplida, ya que los responsables del programa matan por polémicas, aunque ésta estuviese demasiado sobreactuada… Es diseñador de ropa, no Al Pacino…
También estuvo de invitado (presentando el menú que iban a cocinar) el gran Carlos, ganador de MasterChef 3, y que siempre es un placer saber de su vida y tenerlo ofreciendo su sabiduría, buen hacer y simpatía. Por cierto, tengo cero dudas de que es, de lejos, el mejor concursante de la historia del concurso. He dicho.
En otro orden de cosas, el equipo capitaneado por José Mari estuvo compuesto por Andy, Iván y Juana, en una especie de Escuadrón Suicida que no auguraba nada bueno. A destacar el habitual (todas las semanas, sin excepción) momento sibilino de Juana, siempre por lo bajini, no vaya a ser que la gente se dé cuenta de lo falsa que es… Luego todos (me refiero más bien a los jueces y a su grupito de acólitos) a aplaudirla cuando no está al nivel del resto de concursantes.
Y bueno, como ya he comentado, el equipo azul, capitaneado por José Mari fue el peor, concursante que, por cierto, fue acusado por Andy e Iván de boicotear a su propio equipo. No sé qué pensar, pero sería bastante surrealista y mezquino. En fin, que los cuatro se fueron a la eliminación, porque el equipo rojo, capiteneado por Ana (que recibió buenas valoraciones) y con Luna y Alberto, fue el mejor.
En la prueba de eliminación los jueces se inventaron la bobada de catalogar a los tres gallos del corral, que no eran otros que Iván (el favorito de los jueces, se diga lo que se diga), Andy (al que dan mucha caña, porque ya saben que no cae bien entre el público) y José Mari, que es inclasificable. Curioso que llamasen a Andy sumiso, cuando Iván es la mascota de Juana… Lo que es cierto es que estos tres concursantes han sido los protagonistas de este año, le pese a quien le pese. Y sí, José Mari renunció al pin. Ya era, joder…
Los concursantes restantes, que no eran otros que Iván, Andy y Juana, compitieron por replicar un postre bastante complejo, en la que seguramente haya sido la prueba de eliminación con menos suspense de la historia del concurso. Era obvio quién se iba a ir. Otra cosa hubiese sido un suicidio, ya que la rivalidad entre Andy e Iván (y a veces José Mari) es lo que mueve los cimientos y la emoción del programa.
Y sí, la expulsada fue Juana, por fin. La peor concursante de este año ha sido Saray, pero creo que después ha sido esta enchufada, con muy malas artes y manipulando a todos los que ha podido y más. Y ojo, que Pepe la llamó la abuela de España. Que Mufasa nos pille confesados.
Por cierto, ¿nadie más se ha fijado que Luna está más relajada? ¿Es posible que sea porque a estas alturas del concurso es bien consciente de que se ha destapado su verdadera vocación, que no es otra cosa que la de actriz? Ahí lo dejo. Hasta la semana que viene, en la seminfinal, que esto ya acaba… también por fin.
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