Review del programa 5 (expulsión de Fidel)
Antes de comenzar la review, quiero destacar varios hechos que han acontecido recientemente y que han puesto (una vez más) en tela de juicio al programa. Si hace años se señaló con el dedo a los responsables del mismo por las sospechas sobre el enchufe de concursantes como la insufrible Silene (una de las peores concursantes de la historia, con permiso de Saray) o Nathan (que jamás debió llegar a la final y menos ser el segundo finalista), ahora salen nuevas informaciones que no dejan en buen lugar al concurso, como ya digo, una vez más.
Por un lado tenemos el reventamiento de Saray, a la que MasterChef ha bloqueado la cuenta que tenía como concursante (a mí me daría vergüenza), en principio por soltar pestes del concurso (no paraba…), pero que otras voces (la suya misma, por ejemplo) mantienen que es para censurarla porque estaba soltando demasiados secretos del concurso…
Entre otras cosas ha afirmado, en primer lugar, que ella no se presentó al casting, que la fueron a buscar, lo cual me cuadra, porque su perfil televisivo (estuvo con anterioridad en otros dos programas, demostrando su hambre de tele) y con nulo talento para la cocina parecen indicar que algo hubo. No paro de pensar en cuando la dejaron entrar en el concurso con tres sí de los tres chef y el delantal blanco, cosa que no hicieron con concursantes mucho mejores. En su momento pensé que era por su drama (que al final no hay quién se lo crea, siendo una excusa para dar pena y ganar minutos televisivos) y todo lo que ello podía conllevar, pero que parece ser que no.
Y bueno, la señorita Saray ha soltado más sapos y culebras, pero sobre todo hacia sus ex compañeros, la convivencia y tonterías varias. Por cierto, el programa ya ha salido a desmentir lo del casting, pero es que todo cuadra, sino, ¿cómo es posible que una persona con ese nivel culinario acceda al concurso? Lo de que opte a la repesca de la semana que viene mejor lo obviamos que me hierve la sangre…
Y para más inri, también ha salido a la luz que la insoportable de Luna es actriz y presentadora, y no profesora de yoga, como se ha vendido hasta el momento. Esto es cierto y está comprobado, además de cuadrar completamente al ser una concursante más que sobreactuada y que busca una relación amorosa sin sentido desesperadamente. ¿En qué momento esto se convirtió en Gran Hermano?
Encima, el expulsado de la semana pasada, Fidel, dijo en las redes sociales que fue mentira lo que afirmaron los jueces de que apenas había hablado en la prueba de eliminación, dejando en entredicho de nuevo al programa. Una cosa es segura, no es el repescado de la semana que viene.
Por último, la «adorable» Juana (está entre comillas porque a estas alturas todos han descubierto su verdadera cara) es la portera de la hermana de la CEO (o directora ejecutiva) de la productora del concurso. Lo sé, parece digno de una telenovela, pero es la gota que colma el vaso y es obvio que ha habido enchufe, confirmando que esto ya se ha convertido en una patochada sin pies ni cabeza.
Y bueno, van saliendo más informaciones, pero claro, seguiremos dando audiencia a un concurso que hace tiempo que dejó de merecerlo, yo el primero. Como ya he repetido en demasiadas ocasiones, esto ya no es un talent show o un concurso de cocina… es un show a secas. Qué lástima.
Dicho esto, antes de comenzar la primera prueba, los jueces hicieron su ronda habitual de puñales, preguntando a los concursantes cosas incomodas para que se atacasen entre ellos y así generar más polémica. Cómo echo de menos la cocina…
El caso es que para la primera prueba, en la que tenían que cocinar por parejas y por relevos, vino de invitada la cómica Yolanda Ramos, que debo reconocer que antes no me decía nada (al contrario que al resto de los mortales), pero que desde su participación el año pasado en MasterChef Celebrity me ganó un poco (aunque sin entusiasmarme). Por cierto, también vino el chef Luis Valls, con dos estrellas Michelín, y el cual trajo una lubina en hojaldre. Las cosas que descubre uno (no todo van a ser polémicas…).
Juana tuvo la ventaja de hacer las parejas y de tener las indicaciones, las cuales no compartió con sus compañeros, en un gesto tan egoísta y estratega como lógico. Eso sí, que luego no vaya vendiendo el rol de abuelita cebolletas, que no cuela…
Respecto al momento cata, la verdad es que saturaron las bromas de los jueces (concretamente Jordi y Pepe, porque Samantha no sabe lo que es el humor) respecto a la similitud entre los hojaldres y los bebés, haciendo el mismo chiste en casi cada plato. Hay una línea muy fina entre la broma divertida y la vergüenza ajena. Dicho queda.
Las mejores de la prueba fueron Juana y Yolanda Ramos (en calidad de invitada) y Sonsoles e Iván, siendo la portera de la hermana de la productora la mejor valorada.
La prueba de exteriores (también conocida como por equipos) fue en La Rioja, en su correspondiente visita al museo del vino, en donde tenían que hacer dos menús bien distintos, uno tradicional (cortesía de Pepe) y otro más moderno y técnico (cortesía de Jordi). Por cierto, las capitanas fueron las peores de la anterior prueba, que no fueron otras que Luna (la actriz de telenovela) y Ana. Ambas tenían que escoger a sus compañeros, quedando un curioso reparto de compañeros.
Y bueno, volvió a salir el tema de Michael y el vacío que supuestamente le hacen sus compañeros de concurso y convivencia. Cierto es que algo hay, pero, aunque quizás me gane alguna crítica por decir esto, debo reconocer que no me acabo de fiar de este concursante, ya que creo que tiene una doble cara y huele eso de que todos tengan algo que decir… Al tiempo. Nadie puede sostener un papel durante tanto tiempo, como se ha comprobado en anteriores ediciones.
Como novedad para la prueba (porque mira que les gusta innovar a los jueces… ) los concursantes podían destituir a las capitanas. Si no meten mierda, revientan…
Y es que es obvio que iba a haber movida, con esa «conciliadora» idea de destituir a los capitanes, ya que Iván (al que, para más inri, escogió la propia Luna) fue a muerte contra su capitana, Luna, por un par de errores y porque como líder tenía el mismo futuro que un pollo en las puertas del KFC. Por supuesto, Iván le arrebató a Luna la capitanía, con el apoyo de sus compañeros. Se veía venir, en un movimiento más que preparado.
Y bueno, hubo encontronazos entre ambos concursantes durante todo el cocinado. No obstante, y a pesar de las claras limitaciones de Luna, creo que Iván se pasó de frenada, ya que creo que es bien consciente de que ésta es una diana fácil y por eso la cuestionó sin miramiento alguno.
El equipo contrario (el rojo), capitaneado por Ana, tuvo problemas con los esféricos, por lo que Ana fue destituida por… Jordi, que se tuvo que poner la temida chaquetilla (deleitándonos con su mano maestra para la cocina). Aclarar que la prueba no era nada fácil, algo que buscaban, obviamente.
Dejando a un lado todo el exagerado espectáculo, más que guionizado, debo reconocer que fue bastante divertido e hilarante las bromas de Pepe a Jordi, y la complicidad del primero con Iván. Las cosas como son.
A la hora de las valoraciones, los jueces volvieron a afilar los cuchillos una vez más, siendo especialmente duros con Ana y Luna. Por cierto, esta última bastante bipolar, al estar agradecida con Iván después de todo el conflicto con el mismo.
Finalmente el mejor equipo fue el azul, el de Iván, aunque Luna y Teresa también fueron a la prueba de eliminación, la primera por razones obvias, y la segunda por algunos fallos en el cocinado, con quejas por la decisión, por cierto. No suelen recurrir a escoger a gente del equipo ganador para sentenciarla en la prueba de eliminación, pero en fin, prefiero no pensar que era para generar más polémica. Inocente de mí…
Y claro, en la prueba de eliminación hubo conflictos, cómo no, entre Iván y Andy (ya cansa este enfrentamiento, ya que ambos son buenos concursantes). Luna volvió a ser la de siempre, criticando de nuevo a Iván. Lo dicho, o bipolar o papelón… o una imposible mezcla de ambas, que también puede ser.
De invitada vino Teresa, finalista de MasterChef 7, ocupando el lugar de su compañero Aleix, que recuerdo que la semana pasada fue maltratado y humillado por el propio concurso, a pesar de ser el ganador de esa misma edición. Se nota en qué se fijan (personalidad y show, no talento) y quién les interesa…
Los concursantes tenían que escoger con quien cocinar, quedándose excluida Luna, que tuvo una oportunidad menos de cocinar, aunque por otro lado tuvo la ventaja de juntar a las parejas de concursantes con delantal negro y de escoger cuatro técnicas culinarias para cada pareja. De verdad que cuesta explicar tantas chorradas… Si se centrasen solamente en cocinar…
Por cierto, en el reparto se reconfirmó un hecho irrefutable: Luna es una auténtica pesadilla… No sé en que escuela de cine o teatro ha estudiado, pero se merece todos los anti-premios del mundo. Qué cargante, por Dios…
En el primer cocinado, los mejores fueron las parejas de Alberto y Sara Lúa y la de Andy y Ana (me alegro por los cuatro), siendo Teresa y Sonsoles las perjudicadas, las cuales, por cierto, no estuvieron nada de acuerdo en el veredicto del jurado. Tienen parte de razón en sus críticas, ya que los jueces no se aclaran en lo que esperan de los concursantes, y claro, los confunden. Por lo tanto, ambas participantes se jugaron la eliminación con Luna.
En el siguiente (y último) cocinado tuvieron que volver a utilizar técnicas culinarias concretas, en una prueba en la que se podía ir cualquiera de las tres, aunque yo tenía claro quien quería que se fuese. Está claro, ¿no?
No tuve esa suerte, ya que la cosa estuvo entre Teresa (a la que el jurado tiene fichada) y Sonsoles, que fue presa de los nervios desde las valoraciones de los jueces minutos antes, por lo que fue la expulsada. Deberían revisar ese punto, ya que perjudican el cocinado si comienzan a sacar los cuchillos antes de tiempo. No nos vamos a engañar, tampoco es una gran pérdida.
Y eso es todo en un programa menos accidentado de lo normal y dónde no hubo tantos momentos polémicos. Pero no cantemos victoria, que la semana que viene hay repesca… con Saray. Me pinchan y no sangro. Menuda vergüenza…
La confirmación final (por decir algo) de que esto es un maldito y vergonzoso show. Ellos verán.
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