Desde que supe de este proyecto tuve ganas de aventurarme en el mismo, no por ser un nuevo film independiente en el marco del género del terror (lo cual siempre me causa curiosidad), sino más bien por estar protagonizada por la ascendente Sophia Lillis, una de las protagonistas del díptico de IT y de la reciente serie Esta mierda me supera.
A pesar de no haber llamado la más mínima atención en su paso por cines (vamos, que no ha sido un éxito precisamente, teniendo su nicho en el mercado doméstico), la crítica la ha valorado de forma bastante positiva, cosa que se entiende, ya que los críticos profesionales siempre caen rendidos ante propuestas de esta índole.
A pesar de mi atracción inicial hacia el film, debo reconocer que tenía mis reparos, ya que temía que fuese otra producción independiente lenta, soporífera y sobrevalorada. Al final, mal que me pese, es básicamente lo que me he encontrado, aunque salvando un par de detalles.
No se puede objetar nada a la más que correcta dirección del film, sobre todo teniendo en cuenta el ajustado presupuesto. La cinta tiene un gran arranque, con ese inspirado prólogo y algunas escenas bastante inquietantes (que no terroríficas, ya que en eso la película falla de forma garrafal), pero pronto todo se diluye, haciendo que todo sea bastante más denso y lento, y provocando el bostezo en el espectador, cayendo el ritmo de forma estrepitosa.
Y es una verdadera pena, porque los primeros veinte minutos son más que interesantes, pero desgraciadamente el guion está más preocupado en los simbolismos, metáforas y el dar un claro mensaje feminista (de ahí el cambio del título) que no en aterrorizar o entretener al espectador, ya que se supone que estamos ante una película terrorífica, pero más bien es una propuesta tan tediosa como desaprovechada, ya que el proyecto daba para mucho más.
El conocido cuento no necesitaba esta vuelta de tuerca que no lleva a ninguna parte, y donde Gretel acapara todo el protagonismo. Nada que objetar en que se juegue esa baza y se quiera dar un mensaje feminista, pero no si se sacrifican otros elementos que hagan que la película no merezca la pena, ya que les ha quedado algo demasiado extraño, insípido e innecesario como para valorarla de forma positiva. Afortunadamente han sido hábiles con la duración, ya que apenas dura ochenta minutos, lo cual se agradece, y más teniendo en cuenta el resultado.
Y bueno, sobra decir que lo mejor de la película es la entregada actuación de la siempre maravillosa Sophia Lillis, uno de los jóvenes talentos con más proyección del panorama cinematográfico actual. Da igual en que proyecto se embarque que siempre va a ofrecer interpretaciones fascinantes, añadiendo enteros al film (o a la serie) y haciéndolo parecer mejor de lo que es, como es el caso.
El hecho de que la película siga siendo decepcionante a pesar de su presencia no es culpa suya, porque ni la maldita Meryl Streep podría levantar una cinta como esta, las cosas como son. Pero se agradece la presencia de Lillis, porque otra actriz con menos talento hubiese empañado todavía más el conjunto. Mención especial a la actriz que interpreta a la bruja. Tétrica, cuanto menos.
En conclusión, estamos ante una producción de «terror», bien realizada e interpretada, además de tener un buen arranque y una corta duración, pero que enseguida muestra lo que realmente es, que no es otra cosa que un film tedioso y aburrido, donde apenas sucede nada y que se preocupa más por la simbología y la metáfora que no de entretener al espectador. Estoy seguro que tendrá su público, pero yo no me encuentro entre ellos, como suele suceder. Una película tan decepcionante e innecesaria (no era necesario volver a contarnos este cuento, por muchos giros que se le dé) como olvidable. Qué lástima, pero siempre se agradece ver a la genial Lillis. Atentos a su prometedor futuro.
Deja una respuesta