Estrenada directamente y en exclusiva en la nueva plataforma de Disney, estamos ante una historia basada en hechos reales, protagonizada por el siempre estupendo Willem Dafoe y que trata sobre la amistad entre un hombre y su fiel amigo. A pesar de las estupendas críticas (91% en Rotten Tomatoes), me da la sensación de que este bello film no ha llamado demasiado la atención (de cara a los usuarios de la nueva plataforma), y es una verdadera lástima, porque estamos ante un producto Disney tan conmovedor como recomendable, con sabor añejo (muy 90’s) pero con su propia identidad.
La dirección es más que convincente, y más teniendo en cuenta que la cinta no ha sido diseñada para arrasar en taquilla, con una simplicidad y humildad en la propuesta que hace que estemos ante un producto tan simpático como emocionante, de esos que tanto éxito obtenían en los 90, y que la verdad que se echaban de menos. Hacen falta más productos bien intencionados, y más en los tiempos que corren.
Respecto al guion, se trata de una historia real, lo que hace que lo que vemos con nuestros propios ojos sea todavía más increíble. Los personajes principales están muy bien dibujados y es imposible que si tienes corazón no te derritas ante la historia de amistad entre los dos protagonistas. Mención especial al bofetón que supone a la leyenda de Balto, perro protagonista de su propia película animada. Quien vea la película lo entenderá.
Y bueno, todo es todavía más redondo al tener al gran Dafoe protagonizando la historia. Me encantan los papeles histriónicos de este señor, aunque no tengo nada en contra de sus papeles más comedidos, como es el caso. El actor ofrece una actuación sentida y entregada, siendo un perfecto protagonista para una historia espectacular. Respecto a los secundarios, todos cumplen, sobre todo una solvente Julianne Nicholson y sin olvidarnos del perro que hace de Togo, por supuesto.
En conclusión, estamos ante una película humilde de esas que te tocan el corazón, siendo una carta de amor a los perros, teniendo una dirección más que correcta (hay momentos muy tensos y logrados) y un Willem Dafoe y un perro que ofrecen dos protagonistas entrañables para una historia de tanto calado.
Si te gusta Disney, las historias con animales, las películas basadas en hechos reales o ver a Dafoe en un registro distinto, no te la puedes ver. De nuevo, creo que estamos ante un producto infravalorado que espero que acabe siendo recordado por lo que es, que no es otra cosa que un más que recomendable film dispuesto a conmover a los espectadores y contarnos una historia de esas que merecen ser contadas. Maravillosa.
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