Con bastante tardanza (ya que Disney Plus ha tardado mucho más de lo esperado en aterrizar en algunos países) nos llega el remake del clásico de Disney La dama y el vagabundo, en exclusiva para la plataforma de Disney.
Seamos sinceros, la película original no es de las mejores del estudio, pero sí supuso un clásico entrañable, simpático y agradable, además de ser eternamente recordado por el momento de la pasta. Y claro, ya tardaba Disney en realizar otro live action del que sacar millones a los espectadores a cambio de ofrecer productos casi calcados o directamente fallidos, siendo una fiebre del estudio que se ha cobrado una nueva víctima. En efecto, el clásico comentado.
Parece ser que en la compañía no tenían mucha fe en el producto, pero claro, si no hacen un remake en carne y hueso les cae un maleficio (es mi teoría principal), por lo que optaron por ofrecerlo como gran estreno en la salida de su cacareada plataforma el año pasado. Al final nadie le ha prestado especial atención a esta nueva versión, siendo ya más que olvidada y demostrando que haberla estrenado en cines habría sido un error garrafal.
Una vez vista se entiende, ya que, aunque no estamos ante un producto mediocre y bochornoso, sí se nos obsequia con la misma historia ya conocida por todos, unos pocos añadidos y nada que destacar, siendo un producto tan simpático y bienintencionado como olvidable e innecesario, y poniendo de relieve, una vez más, que la moda de los live action de Disney es lo peor que le ha pasado al cine en décadas.
Sobre la película que nos ocupa, es más de lo mismo, siendo técnicamente bastante floja y cuestionable, digna de un producto familiar de los 90 (y sí, han pasado tres décadas desde entonces). Se nota que no han querido gastar mucho en ella, ya que la millonada que sí invirtieron en el insulso remake de El Rey León no debió dejar más dinero en las arcas, y vaya si se nota.
Aquí nos tenemos que conformar con una extraña combinación de animales de carne y hueso mezclados con movimientos de boca digitales y bastante esperpénticos, y otros momentos donde el animal es directamente digital, notándose en exceso. Claro que los peques de la casa (a los que está dirigido el producto) no tendrán reproche alguno. Quizás desde el estudio hayan creído que no merecía la pena esforzarse demasiado debido a las pocas exigencias del público potencial. Es lo que hay.
El guion es una copia del material original (como suele suceder en todos los remakes recientes de la factoría Disney), con algunas licencias y aportes, los cuales no tienen la suficientemente fuerza o interés para conseguir que este remake tenga sentido alguno. Mención especial al bochornoso contexto histórico que da la cinta. Una cosa son las buenas intenciones, otra querer ser políticamente correctos y ofrecer situaciones y personajes que no cuajan con la época del film. Pero claro, los más pequeños tampoco tendrán queja alguna en ese aspecto.
Tampoco funcionan las pocas canciones que pueblan el film, metidas con calzador para intentar conseguir que no olvidemos la fuente original. De verdad que no le encuentro el sentido a ofrecer más de lo mismo, con algunos pequeños cambios destinados a hacer una versión 2.0, cuando todos habíamos visto ya esta película. No nos engañan.
Del reparto poco que aportar, ya que los actores de carne y hueso son más o menos conscientes de dónde están, y ofrecen actuaciones correctas, sin más. Sobre los animales no me puedo mojar, por razones obvias.
Y bueno, tampoco puedo ser muy duro con este remake porque, aunque es algo bobalicón, inferior al clásico original y bastante innecesario, se deja ver y tiene las suficientes buenas intenciones para que sirva para pasar una tarde aburrida, siempre y cuando no se tenga nada mejor que ver.
En conclusión, estamos ante otro remake olvidable y que nadie había pedido, destinado a los videoclubs pero que ha acabado en Disney Plus como gran estreno, cuando en realidad nadie la recordará en unos meses, siendo generosos. Recomendable si no se ha visto la original. En caso contrario, no se te ha perdido nada.
Ocio World 
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