Historia de un matrimonio (Marriage Story) es la nueva película exclusiva de Netflix y un drama dirigido por Noah Baumbach, protagonizado por Scarlett Johansson y Adam Driver, los cuales interpretan a un matrimonio en crisis que se va a divorciar, y como una serie de decisiones hacen que se destruyan a sí mismos y lo que una vez fueron.
La crítica la ha alabado como una de las mejores películas del año y casi seguro va a arrasar en las próximas nominaciones a los Oscars (y otros premios de cine). Hablamos de cine independiente con aplausos de la crítica, lo que suele ser algo temible (sobre todo para el espectador medio). Afortunadamente, los astros se deben de haber alineado, ya que estamos ante un drama independiente, con dos actuaciones impecables, y que duele y emociona a partes iguales, siendo una de las mejores películas del año.
La dirección de Baumbach (reputado director de cine independiente) es simplista, pero en el buen sentido, además de cercana, sin abusar de la frialdad de este tipo de dramas independientes, que no emocionan ni remueven nada, como no es el caso.
Destacar que no se hacen nada pesadas las dos horas y veinte minutos de duración, ya que no hay pausas innecesarias ni profundidad impostada, como las consabidas miradas a la nada durante interminables minutos, que es de lo que suele abusar el cine independiente intrascendente. No es el caso, afortunadamente.
El director hace una estupenda dirección de actores, sacando lo mejor de los mismos y ofreciendo una historia donde cada mirada importa, donde cada diálogo duele, donde nos implicamos en la trama y nos importan sus dos protagonistas, con sus aciertos y sus errores. Importante destacar que ambas partes son tratadas con igualdad, no favoreciendo a ninguno de sus protagonistas y mostrándolos como dos seres humanos que se equivocan y van en una escalada de rencor y malas decisiones imparable. Fabuloso.
El guion es espectacular, gracias a unos diálogos impresionantes y unos personajes intensos y muy bien dibujados. Pocas veces he visto un drama tan cruel y bello al mismo tiempo, con situaciones cotidianas pero importantes, donde es imposible no implicarse con lo que sucede en el film. Se merecen una nominación a mejor guion original, desde luego, así como a mejor película y actores protagonistas.
Y eso nos lleva a lo mejor de la película (con permiso de lo comentado), ya que estamos ante las mejores interpretaciones de Scarlett Johansson y de Adam Driver. He visto la película en versión original (lo recomiendo) y sus actuaciones son sobresalientes, intensas y cargadas de dolor y furia. Obviamente ambos serán nominados al Oscar (otra cosa me parecería una vergüenza), y a pesar de la competencia de este año (más que nunca) no me sorprendería que se llevasen la estatuilla a casa.
Johansson ofrece muchos matices en un personaje nada fácil. Es una actriz que jamás me había apasionado, pero en esta ocasión me ha cerrado la boca dándolo todo en su actuación. Perfecta. Y lo mismo se puede decir de un Driver sorprendente, alejado de la saga Star Wars (es Kylo Ren en la misma), y que combina a la perfección una interpretación tan comedida como enérgica, sobre todo en cierto momento concreto. Insuperables.
Mención especial para los secundarios, como unos excelentes Laura Dern, Alan Alda o Ray Liotta.
En conclusión, estamos ante una de las mejores películas del año, con un guion que toca el corazón y lo destroza y con unas actuaciones sobresalientes y que merecen todos los premios habidos y por haber. Un milagro de drama independiente, que demuestra que cuando se hacen las cosas con pasión y sin frialdad se consiguen cosas espectaculares, como conectar (o al menos esa es mi impresión) con la crítica y el público. Una maravilla que te atrapa y no te suelta, ni siquiera cuando salen los créditos finales. Imprescindible.
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