«American Horror Story» es una serie que comenzó en 2011 y que ya cuenta con nueve temporadas (incluyendo la que nos ocupa). Se trata de una antología de terror, con historias cerradas en cada temporada, y que siempre cambia a los personajes, que no a los actores, los cuales suelen repetir.
Yo me baje del barco después de visionar las dos primeras temporadas, ya que la primera me pareció una historia de terror del montón (y recordada hoy me parece hasta floja) y la segunda temporada apuntaba maneras pero resultó ser mucho peor. Decidí que no me iba a embarcar en más temporadas y me aparté sin más.
Poco sé de lo que ha acontecido a continuación, pero está claro que los productores querían ofrecer algo «fresco» y radicalmente diferente a lo que habían hecho hasta ahora, y se han decantado por el enésimo homenaje al cine de los 80 (que ha vuelto a poner de moda «Stranger Things»), a modo de slasher de toda la vida.
Pues bien, yo soy uno de esos que, después de haber renegado de la serie, se ha dejado embaucar por esta nueva temporada, ya que el material promocional ha sido bastante efectivo (los fabulosos carteles incluidos), y he decidido visionar el piloto (o primer episodio) para ver si podía encontrarme ante algo curioso y divertido, como mínimo. La verdad es que las primeras impresiones no podrían haber sido ser más decepcionantes.
Antes de proseguir, recalcar que las críticas (del primer episodio) están siendo espectaculares, con un 100% en Rotten Tomatoes y en páginas similares, donde ni un solo crítico le encuentra un pero a la propuesta. Debe de ser otro caso de esos en los que no hemos visto el mismo producto… o han habido elementos ajenos que no cabe comentar pero que todos conocemos de sobras. Dicho queda.
Pues bien, la dirección de la serie tiene garra al principio, pero pronto se desinfla, mostrando lo que realmente es, no llegando a la calidad de otras series de la actualidad, quedándose en una suerte de serie B (por ser generosos).
La verdad es que el primer episodio tiene un buen arranque (tampoco para tirar cohetes…) y la introducción de personajes está bastante lograda (luego está que estos sean insoportables o no), pero enseguida te das cuenta que todo es un espejismo y, en el momento que pisan el campamento, no se diferencia en nada a películas de terror directas al videoclub.
El guion es perezoso y muy tópico, calcando los clichés de este tipo de productos, como el asesino legendario, los personajes insufribles que estás deseando que mueran lo antes posible, las historias en la fogata, la «scream queen» de manual… Una cosa es el homenaje, otra muy distinta es ofrecer lo mismo de siempre y sin novedad alguna. Para eso tiro de videoteca y me olvido.
Está claro que los responsables han querido atrapar al nostálgico amante del terror (sobre todo de los slasher) y se han quedado tan anchos. Pues no, la serie se vuelve predecible, sosa y ni siquiera es divertida (que estoy seguro que era la intención).
El mismo responsable de esta (el señor Ryan Murphy) es el de «Glee» (mejor la dejamos comiendo aparte) y de «Scream Queens», que es una serie bastante desconocida fuera de USA, y que tuvo una primera temporada tan entretenida como divertida (esta si tenía gracia) pero cuya segunda entrega (un sinsentido) tiró todo por tierra, sepultando cualquier posible futuro para la interesante propuesta.
Pues bien, da la sensación de que Murphy ha querido hacer algo parecido en esta novena temporada de «American Horror», ya que se parece más a la nombrada (y fracasada) serie, que no a las anteriores, traicionando el (mediocre, eso sí) espíritu de su antología de terror. Vamos, que se queda en tierra de nadie porque quiere dar gracia y no la da, y porque no sigue el hilo dramático de las anteriores propuestas, como si se tratase de una serie diferente.
Del reparto sólo diré que Emma Roberts está demasiado comedida (estuvo genial en «Scream Queens»), que se agradece el cambio de registro de Billie Lourd (también protagonista en la mencionada serie) y que Matthew Morrison («Glee») resulta sorprendente en semejante papel. Del resto, mejor no digo nada (sobre todo del robot de gimnasio).
En conclusión, estamos ante un primer episodio más que decepcionante y que no cumple con las pretensiones que tenía, ya que no ofrece nada novedoso y se limita a homenajear (o plagiar) productos más que conocidos (y que no hace falta ni nombrar), esperando que la gente aplauda hasta con las orejas. Los críticos han picado, un servidor no.
No obstante, como soy masoca, seguiré viendo los siguientes episodios, por curiosidad, pero se supone que en los pilotos ponen casi toda la carne en el asador. Si esto es lo mejor que tienen que ofrecer… apaga y vámonos. Y es que quizás ya es hora de dejar descansando a la serie. Es sólo una idea.
Deja una respuesta