Crítica realizada por mi hermano, no por un servidor, amo y señor de la web.
«What is the Matrix?» Con esta indescifrable premisa fue inteligentemente publicitada una película que llegó sin hacer demasiado ruido, pero que se erigió como referente cultural y vanguardia tecnológica de un nuevo tipo de cine de contenido adulto y mensaje metafísico. Una obra cinematográfica que supondría un antes y un después en la forma de entender lo que es un producto de cine con mensaje (y que jamás se ha vuelto a experimentar de esta manera con película alguna), plagada de aforismos y mitologías que desde entonces han acompañado a toda una generación entusiasmada por tomar la píldora roja y exponer las verdades ocultas en nuestro mundo, y que manifestaría toda una declaración de intenciones a nivel filosófico sobre el cuestionamiento en la búsqueda de la libertad de la aceptación de una incómoda realidad. 20 años de una de las últimas Obras Maestras del siglo XX (junto con «Fight Club» del mismo año).
«The Matrix» ha pasado al imaginario colectivo como la película más emblemática e icónica en retratar cómo el ser humano es esclavo de un poder que va más allá de su comprensión y del cual no es siquiera consciente. Auténtico preámbulo narrativo que supo encajar en nuestros miedos de la era tecnológica en ciernes y en la que ahora vivimos esclavizados. En una era falta de valores, la película reta al espectador a despertar de su letargo y cuestionarse el significado de su propia vida, a que nadie pueda decirle quién es, siendo este un aprendizaje que debe alcanzar por si mismo. «The Matrix» vendió la sorpresa de lo novedoso con la seguridad de lo conocido con resultados asombrosos a nivel de mindfuck neuronal (si se acudió a su visionado virgen de spoilers en su momento, resulta imposible olvidar la rotura de culo argumental de la primera media hora del largometraje…). Su legado es tal que para muchos supuso una apertura a todo un nuevo aspecto de la filosofía y la cultura al que no se había abierto hasta entonces.
Posiblemente la obra cinematográfica más filosófica que existe, cada paso de su vertiginoso argumento puede ser puesto en conexión con algún argumento filosófico inherente al cuestionamiento humano. Inteligentemente la película bebe de fuentes filosóficas, la alegoría de la caverna de Platón o «Simulacra and Simulation» de Jean Baudrillard; religiosas, la figura de Judas como traidor; literarias, el libro «Neuromancer» de Wiliam Gibson o «Alicia en el País de las Maravillas» de Lewis Carroll ; así como homenajes en su puesta en escena a iconos de la cultura anime como «Akira», «Ninja Scroll» y «Ghost in the Shell». Este último clásico del anime se revela como la auténtica inspiración para la película, desde los créditos iniciales o la estética ciberpunk hasta secuencias enteras o elementos argumentales. Merece la pena resaltar que «The Matrix» empezó siendo concebida como un cómic. Todo ello conforma un espectro de referencias y metáforas lúdico-narrativas, entre ellas la archi conocida como «viaje del héroe», que confieren segundas lecturas a descubrir en revisionados de este clásico de la ciencia-ficción.
«The Matrix» fue producida por Warner Bros y estrenada en USA el 31 de marzo de 1999, siendo su estreno en España el 23 de junio del mismo año. Rodada en su totalidad en Sydney, Australia, por motivos fiscales, entre 1997 y 1998 por las hermanas Wachowski con un irrisorio e increíble presupuesto de 63 millones de dólares, la película cuenta con un elenco de actores entregados a su papel: Keanu Reeves, Carrie-Anne Moss, Laurence Fishburne, Hugo Weaving o Joe Pantoliano firmaron aquí algunos de los trabajos más recordados de sus carreras, llegando a prepararse durante cuatro meses para las escenas de combate. No en vano, el Agente Smith de Hugo Weaving permanece en la memoria popular como uno de los mejores villanos de la historia del cine. No se puede decir lo mismo de los personajes secundarios, meros comparsas presas de un guión y una narrativa en servicio del lucimiento de los actores principales.
En los aspectos técnicos la película es un auténtico portento y ejemplo de que blockbuster y arte pueden ir parejos. La película es famosa por haber institucionalizado el efecto «Bullet time», aunque no fuera la primera en hacerlo. Coreografías dirigidas por Yuen Woo Ping, tiroteos al estilo John Woo, panorámicas y planos que enriquecen y deleitan el aspecto narrativo y el simbolismo… pusieron a «The Matrix» como referente e inspiración para filmes venideros, culminando en un producto capaz de satisfacer a paladares ávidos de un producto adulto, espectacular e intelectual. La fotografía estilísticamente bascula entre ligeras tonalidades verdes en el mundo virtual y tonos azulados en el mundo real, delimitando ese paralelismo entre lo virtual y lo real. El vestuario negro y las gafas de sol perennes marcó tendencia, siendo un elemento abrazado como seña de identidad de la película. La banda sonora de Don Davis es el acompañamiento auditivo perfecto transmitiendo esa sensación de ignorancia/inquietud y despertar/renacimiento que acompaña todo el relato. Como guinda y complemento a ese toque de rebeldía que impregna a los protagonistas, se permitió el lujo de incluir auténticos iconos de la música alternativa de finales de los 90 como «Wake Up» de Rage Against the Machine» (créditos finales). La película aunó el aplauso de crítica y público, ganando los cuatro Oscars técnicos para los que estaba nominada. Técnicamente la película ha envejecido sin perder un ápice de frescura, magnetismo y capacidad de asombro. Un producto cinematográfico adelantado a su tiempo.
«What is the Matrix?». Hace exactamente veinte años que nos fue respuesta esa pregunta. Nunca una única pregunta cinematográfica condujo a respuestas y a repercusiones culturales tan satisfactorias. Nunca una película hizo sentir el revulsivo cultural e intelectual que experimentó toda una generación con esta auténtica Obra de Culto. Desafortunadamente, nadie puede decirte qué es Matrix. Tienes que verlo por ti mismo.
Temet Nosce.
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