Antes de empezar este artículo sobre las dos escenas post-créditos de la nueva película de Marvel «Capitana Marvel» (crítica aquí), conviene recalcar lo obvio. Habrá Spoilers.
Una vez aclarado, podemos empezar a comentar dos escenas, que, sinceramente, me han dejado un tanto decepcionado, ya que esperaba bastante más. Y es que la casa de las ideas, últimamente, no está muy sembrada en ese aspecto.
La primera escena post-créditos, que llega un poco antes de la mitad de estos, es una escena de «Vengadores 4: End Game», como se podía esperar. La escena nos confirma lo que ya sabíamos todos (quizás se pueda excluir a los despistados), y es que la nueva heroína formará parte de «Los Vengadores», y nos muestran su aparición en dicha cinta.
Dicha aparición es menos espectacular de lo que cabría esperar, y descarta la hipótesis planteada por multitud de fans, que sugería que Capitana Marvel sería la que rescatase a Tony Stark en el espacio.
Por otro lado, tampoco entiendo la manía (vista en películas como «Ant-Man») de mostrar escenas de lo qué está por venir. Considero que cada película debe tener su identidad propia y no «robar» escenas a las siguientes. Es mi opinión.
Y como es costumbre, y funcionó en «Spider-Man: Homecoming», pero no en «Ant-Man y la Avispa», se reserva la escena post-créditos final, después de estar esperando durante largos minutos, a una escena que se presupone graciosa, cuando en realidad es un bofetón al espectador.
En este ocasión, la protagonista es «Goose», el gato (o gata… o lo que sea realmente), vomitando el Teseracto visto en varias películas de Marvel. Y ya está, eso es todo. Sinceramente, creo que la broma ya perdió su gracia, y para eso es mejor no mostrar nada más, y dejar el adelanto anterior como algo único. Pero la veda está abierta, y dudo que Marvel vaya a parar con estas bromas sin gracia.
En conclusión, dos escenas post-créditos decepcionantes, la primera por ser en realidad un adelanto de la siguiente (aunque ponga los pelos de punta, eso no lo niego), y la otra por ser una broma por la que no merece la pena esperar más de cinco minutos.
Dicho queda.
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