MasterChef Junior 6 – Final y Conclusiones – Review – La peor edición de su historia

Por fin ha terminado MasterChef Junior 6, porque, sinceramente, menudo suplicio. Y es que, pocas veces he visionado un programa con tanta desgana, con permiso de «Tu cara me suena». No sé si soy yo el problema, pero ya no veo con los mismos ojos los concursos de la televisión que antes me fascinaban.

Ahora lo observo todo desde la absoluta incredulidad y aburrimiento extremo, deseando que termine todo de una vez, como me esta pasando con la actual edición de «TCMS», pero esa es otra historia. La que nos ocupa trata de un concurso culinario que debería tomarse un respiro, y no hacer tres ediciones al año, porque es exagerado, y sí bien es cierto que, hasta ahora les funcionaba, las fórmulas se agotan y el público se acaba aburriendo de lo mismo una y otra vez, como ha sido mi caso.

Pero es que, aparte del exceso de programas y ediciones, esta edición del Junior, es, seguramente, la peor de todas las de MasterChef… pero incluyendo Celebrity y adultos. Quizás, uno de los mayores problemas, haya sido el error de casting, ya que este año han faltado niños con carisma que protagonizasen grandes momentos, como los de años anteriores, que, a pesar de ser unos altivos y de ir de estrellitas por la vida, sabían perfectamente donde estaban y que su principal función era el show y no la cocina. Nada que objetar.

Pero es que, este año, pocos han destacado, con la excepción de Jaime (o Jimmy), el cual ha estado bastante divertido en sus aportaciones; Pachu, la más entrañable y graciosa de este año; o Daniel, tan inteligente como humilde. Por el contrario, no me he dejado engatusar por Candela, ya que se la ha aplaudido y destacado por ser la más pequeña, que oye, tiene mucho mérito llegar a la final con su edad (creo que ha sido la más joven en lograrlo), pero lo más destacado era que se trataba de una adulta en un cuerpo de niña de ocho años (lo cual tenía su gracia… al principio), pero la verdad es que ha tenido gestos y actitudes muy feos, aunque comprensibles dada su corta edad.

Y hablando de eso, otra finalista, Paula, ha resultado ser odiosa y desquiciante como ella sola, y sé que a más de uno no le gustará que se critique a un niño, pero lo hago desde el razonamiento y el respeto, ya que esta concursante (casi) siempre ha pensado en si misma, se ha jactado de que le gusta mandar (jamás entenderé como alguien ve eso como una virtud), sus chillidos impostados han sido terribles para mis oídos y salud mental, y en una de las últimas pruebas tuvo una actitud, que, como le dijo el juez Jordi: «ha estado feo, muy feo».

Sí, es una niña, pero no entiendo porque los padres de criaturas así, no los advierten o los educan un poco mejor antes de plantarlos delante de millones de personas. Pero seré yo el loco.

Respecto al ganador, Josetxo (hijo de un máximo responsable de la Cope, cosa que han tapado en el programa…), casi más de lo mismo, ya que, hasta los últimos programas (más o menos), no se ha relajado, y ha sido más chulo que nadie. Creo que no le va a hacer ningún bien haber ganado el concurso. Al tiempo…

Y, antes de valorar la final y el conjunto, debo destacar algunos momentos bochornosos, como obligar (en la prueba de Disney) a todos los niños a elegir capitán, provocando las lágrimas de Dani, al que nadie escogía, es bochornoso y no tiene sentido alguno, y está hecho solamente con la intención de generar más disputas. Que lo hagas en el Celebrity, vale, pero con unos niños… sentido cero.

Y ojo al tongazo máximo de este año, ya que Marina iba a ser semifinalista y le dieron una birria de puntos en favor de Candela, porque supongo que la veían más entrañable y acaparadora de espectadores, porque, en serio, las valoraciones del final del programa 4 son de juzgado de guardia, ya que, Marina, fue la mejor de la prueba y la puntuaron como la peor. Ya ni se cortan, señores. Y sí, por eso Candela ha llegado a la final, por el favor del jurado.

Respecto a la final, que decir… carente de tensión alguna, ya que el nivel de Pachu (mi ganadora, por humildad y carisma) y Josetxo, era bien diferente, ya que este segundo, otra cosa no, pero de cocina sabe un rato, y presento platos más refinados, y Pachu resbaló bastante. Sí, merecía ganar Josetxo, y de calle, porque pocas veces se ha visto tan claro, pero me vais a permitir tirar de corazón por una sola vez, ya que prefiero que gane el buen rollo y compañerismo que no la chulería desproporcionada. De nuevo, al tiempo.

En conclusión, estamos ante una edición fallida, prescindible y carente de garra, y que, desde luego, es la peor de la historia del concurso. Personalmente, le daría unas buenas vacaciones a la edición Junior (y ojo a las otras dos), porque, lo que empezó teniendo gracia, ahora solo provoca estupor y bostezo. Dicho queda.