Melissa McCarthy es, para quien esto escribe, la mejor actriz de comedias que hay ahora mismo. Así, sin paños calientes. Soy consciente de que muchas personas discreparán, ya que es una de esas actrices que, o te encanta o la odias. Lo que está claro, es que no me suelo perder ninguna película protagonizada por ella, aunque algunas sean de muy baja calidad (como la reciente «¿Quién está matando a los moñecos?»).
El director es su marido, Ben Falcone (actor visto en multitud de comedias, y que siempre se reserva un cameo en sus películas), que ya la dirigió en «Tammy», protagonizada también por McCarthy, y con Susan Sarandon, y que era tan entretenida como olvidable, y después, volvió a dirigir a su esposa en «Es la jefa», que esta era directamente olvidable.
Por lo tanto, y por mal que me pese, no se puede esperar mucho cuando ambos se juntan… y aquí estamos, con su nuevo proyecto, también escrito por ambos. Y debo decir que el resultado vuelve a ser tan entretenido y divertido, como (y van 3) olvidable.
El argumento nos cuenta como una madre, que no pasa por su mejor momento, decide matricularse de nuevo en la Universidad, junto a su hija (lo cual al principio no hace mucha gracia a esta, obviamente), para terminar las asignaturas que no pudo finalizar cuando se quedó embarazada. Originalidad cero, pero tampoco nos pongamos exigentes.
La dirección de Falcone es la que cabría esperar de un producto de estas características, es decir, correcta, sin más. Luego tenemos el guion de la pareja, con momentos tan hilarantes como logrados, pero que. en conjunto, se queda en algo pasable y para pasar el rato, pero que no perdura en la memoria. Es una más.
Melissa McCarthy le da sentido al título, ya que ella es el alma de la fiesta y de la película. Con otra actriz, esto podría haber sido un absoluto desastre, pero en sus (bendecidas) manos, las risas están garantizadas (al menos en algunos momentos). El resto del reparto no están a su altura (cosa difícil, por otro lado), pero cumplen sin problemas, con personajes simpáticos y entrañables.
En conclusión, estamos ante una comedia más, que cumple su objetivo de hacer reír, pero que se queda en eso: un pasatiempo de usar y tirar donde lo más destacable es la actriz protagonista. Y es que me da que su marido sabe la joya que tiene en casa, y de ahí que siempre la dirija. No me extraña.
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