Buenas a todos.
Pues sí, por fin Carlos Baute ha ganado una gala, concretamente, haciendo de Bruno Mars. Pero no adelantemos acontecimientos, de una gala, de nuevo, entretenida y correcta, sin más, lo cual se agradece.
La primera actuación fue cortesía de María Villalón (que aunque este año hay nivel, vuelvo a dejar claro que este año debería ganar ella), que nos trajo a una Zara Larsson más que correcta.
Después le tocó el turno al genial José Corbacho, que nos trajo a un Tino Casal pasado de rosca. Pero es que da igual si este buen hombre lo hace bien o mal (que tampoco fue el caso), porque siempre saca una sonrisa y es uno de los pilares de esta edición. Así de claro.
Por otro lado, Mimi tenía la difícil tarea de emular a Bebe, con su famoso tema «Malo», y, a pesar de estar entregada y de notarse el esfuerzo, creo que se acercó, pero no triunfó ni fue de sus mejores actuaciones. Aún así, buen número.
Luego llegó Anabel Alonso… haciendo de Chenoa… y la cosa fue… bueno, sin palabras. Sobra decir que la propia Chenoa no sabía donde meterse. Pero eso sí, Anabel estuvo animando la gala todo el tiempo (aunque a veces se pasa de pesada).
Jordi Coll defendió bastante bien a Depeche Mode, con un tema que conozco bastante, y aunque creo que no lo clavó, si que nos regaló una genial actuación. Me alegro mucho de que esté remontando semana tras semana. Se lo merece.
Qué decir de Manu Sánchez… el pobre recibe, semana tras semana, muy malas puntuaciones, cuando se nota que al menos hay un esfuerzo en sus actuaciones, como la de esta semana, que es verdad que se parecía más a Antonio Orozco que a Cepeda, pero oye, al menos no se le oye a él, lo cual es harto complicado con esa voz rota que tiene. Una pena.
Respecto a la visita de Cepeda… a mí, que cada vez que llega alguien de «OT 2017» pierdan el culo y las babas por atarlos o conseguir audiencia gracias a ellos, me saca los colores, sinceramente… Peloteo y desesperación lamentables.
Cambiando de tema, Brays Efe trajo un entregado Chayanne, pero ya da igual lo que este buen hombre haga, está sentenciado por un jurado que esperaba mucho más de él, y de ahí su baja clasificación.
Soraya interpretó a Mari Trini, y creo que estuvo correcta, ya que, por fin, no se la escuchaba a ella, pero es una concursante que, sin ser yo hater suyo, me causa bastante pereza, ya que hace actuaciones siempre correctas, pero no notables, y semana tras semana es lo mismo. Entiendo las críticas, y ojo, que el jurado se puso a defenderla y a justificar su concurso… muy raro todo. Como siempre en este programa cuando hablan de algo que no sea música o imitar.
Por último, pero no menos importante, el gran Carlos Baute (que vuelvo a repetir que es la sorpresa de este año, pero no solo como imitador, sino también como persona) nos trajo un fabuloso Bruno Mars, que si bien es cierto que no fue sobresaliente, sí que fue un gran número, y debido a ello, ganó merecidamente (y por fin) la gala. Ya era hora.
En conclusión, una gala interesante y que hace no perder la esperanza en esta edición, que empezó muy mal, con un nivel muy bajo, pero que, semana tras semana, va remontando. Y yo que me alegro.
Ocio World 
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